Sobredosis de Cafeína en "el intercambiador" (blog de Estación Diseño)

Sobredosis de Diseño

Por Carlos Sánchez de Medina

Los sueños se cumplen y, normalmente, con mucho esfuerzo.
El encuentro que les propongo hoy es, casi con total seguridad, como invitarles a tomar café con un viejo amigo… Y digo esto por que, a estas alturas, imagino que poco nuevo puedo contar sobre esta revista digital que no conozcan ya (dada la buena salud de la que goza dentro del mundillo fanzinero).

Dice  Jop van Bennekom (editor de archireconocidas publicaciones como RE- o BUTT) que una publicación solo ha trascendido si pasa del sexto número. No sé yo bien que datos maneja mi admirado Bennekom pero, si esto es fiable, podríamos decir que SDC ha superado con creces las expectativas de su propia creadora, Flores Taboada, que arrancó esta aventura allá por 2005 como un ejercicio de clase y ha llegado hasta este reciente número 12 que, a mi entender, ha alcanzado una madurez gráfica muy interesante.

¿De qué va Sobredosis de Cafeína?… Visto lo visto yo me atrevería a definirla como un popurrí de tendencias muy bien llevado: algo indie, un pelín popero, tendente a lo underground… Según rezaba el primer editorial (con cierto tono ambicioso) el fanzine abarca pintura, fotografía, ilustración, literatura, cortos, videocreación, internet, teatro, formación, música… y paro de copiar por que es larguísimo. Pero en resumen en SDC encontramos mucha creatividad a base de buen diseño (de la propia Flores Taboada y de sus desinteresados colaboradores: Juanjo Rivas, Samu Díaz, Rubén Marín, Daniel López… y un largo etc.) No podemos olvidar que este diseño no sería nada sin la labor de los diferentes articulistas entre los que yo destacaría los acertados comentarios sobre música a cargo de Juan Fernández, pieza clave en la publicación.
Los contenidos son tan variopintos como los autores de textos e imágenes. Conviven formidables entrevistas a lo más laureado del diseño Español: Alberto Corazón, Isidro Ferrer y en breve Puño (según me ha contado un pajarito); experiencias en primera persona de grupos importantes como Niños Mutantes o Vetusta Morla y (para mi lo más interesante) artículos sobre nuevos talentos (como en este número Olga Murillo) donde podemos ver hacia donde miran los creativos que están en el horno…

Analizar gráficamente esta revista me cuesta un poco más de lo habitual por la parte emocional que me corresponde, ya que la sigo muy de cerca desde hace un par de años. Nunca he querido intervenir demasiado en los proyectos personales de la gente que me rodea y tampoco lo he hecho con SDC… Durante este tiempo he visto como la revista ha ido puliéndose y reduciendo la profusión gráfica de la que hacía alarde. Flores Taboada ha defendido desde siempre (y con insistencia) en mantener su estilo personal y éste ha venido creciendo y mejorando con los años como lo hacemos todos. Este número es, sin duda, el que más satisfecho me deja con brillantes composiciones y un uso muy acertado de recursos, cabeceras, marcos y fondos (tan presentes desde el número 1). En especial la sección Cuentos para el café es un ejercicio de buen diseño y delicadeza gráfica.

Con todo y con esto no puedo más que recomendar el número 12 de SDC… y el 11… y el 10… y el 9….y todos los números de la revista que, ya sea por sus contenidos (del primero al último) o por su diseño (en especial en los últimos) no les dejará indiferente. Además, qué gusto da poder analizar la vida de una publicación desde su primer número hasta el actual: observamos la tendencia reducionista de las portadas, el acertadísimo cambio de cabecera y un interesantísimo ejercicio de contención tipográfica…

Ya les contaré qué tal el próximo número, que marcará un hito en la historia de SDC por ser la primera edición impresa…
En su primer editorial Taboada decía: Nuevas Metas…. Pues tendrá que fijarse otras, estás ya quedaron atrás hace mucho…