La gracia de esta reseña y nuestra presencia en el concierto es que surgió de manera natural y espontánea. Resulta que estaba haciendo de cocinitas en Granada cuando el señor “cara libro” me avisa que tengo un mensaje nuevo de Pepe Molina, me dice que nos quiere invitar a un pedazo de concierto a cargo de otro pedazo de artista como es Fon Román, pieza clave para entender la creatividad de los extintos e inmensos Piratas. Le contesto que por supuesto y que muy agradecido. Me da por mirar en la página web de Fon y mis ojos hacen chiribitas al darme cuenta que el concierto es en Madrid y encima al día siguiente, le contesto a Pepe y con total naturalidad me dice que claro que nos vamos y volvemos en el día, así que mi mente dice, ¿qué cojones? Vámonos a Madriz. Viaje mas que agradable de unas 4 horas y allí estamos, en la mismísima puerta de una de las salas de culto, la Costello, de Madrid.
Mi acompañante tiene que hacerle una entrevista y grabar un acústico con él, simplemente genial la magia que rezuma Román en las distancias cortas, que amabilidad de hombre.
Vamos a lo que vamos, diez de la noche, como no puede ser de otra manera, la actuación empieza con un poco de retraso pero esta vez está totalmente justificado, Raúl, el teclista está llegando de una boda a la que al final del concierto tendrá que volver.
Los primeros acordes de Vidas Sin Relieve, comienzan y ya se intuye en una sala a reventar que la noche será especial. Fon demuestra ya desde la primera nota el por qué es uno de los guitarristas más valorados de nuestra escena, no tanto por el virtuosismo sino por el hecho de crear un ambiente increíble que de primeras te atrapa en sus atmósferas de loops de gran calidad. Tiempo para Cometas Estáticas, donde se puede comprobar la perfecta compenetración de voces que existe con su otro guitarrista, Santi Araujo, quien domina magníficamente sus cuerdas con una voz profunda y vivaz. La noche se anima aún más con Dosis. Que maravilla de tema y que manera de trasladarla al directo. Mis Movimientos no se queda atrás haciendo a la sala moverse al ritmo de su enérgico estribillo. Llegados a este punto ha de remarcarse que la banda no cuenta con bajos ni falta que les hace ya que ahí está Raúl quien a golpe de teclas cumple esa función increíblemente. Con Ojos de Otro y su melancólica letra nos da el respiro y crea el climax de cercanía e intimidad. Román cual genio y curtido en las tablas sabiamente conoce las estrategias y los tiempos que un directo ha de seguir, si este tema ya era mi favorito, ahora se ha convertido en mi favorito mas uno. Dos Elevado Uno nos introduce ahora aun más en el mundo sonoro de Román quien parece que las pedaleras son una extensión de su cuerpo. Preciosa línea de teclados, todo sentimiento. Las más que originales interpretaciones de El Morboso y Mix de Ti y de Mí sientan las bases para que el público demande de nuevo a la banda a salir pues como es normal, queríamos más.
Y vaya que si lo hubo. Lo primero que ocurrió es que Fon salió él solito con su acústica a cantarnos Colegio Vacío. Pura magia, mandó al técnico bajar las luces hasta casi quedarse a oscuras con nosotros y nuestras bocas abiertas. Gestos como éste se agradecen. Ya con toda la banda se arrancan con Lento. Y el final es para quitarse el sombrero, eligieron como no, De Romper, intro a capela por Fon y Araujo. Me encanta este tema, porque él solito te lleva a un final donde tu mente vuela a la vez que escuchas gritar las notas que salen de la guitarra Román.
Salimos de la sala, vuelta al coche, enfrente otras cuatro horas de viaje con la mente aún puesta en el pedazo de concierto que hemos presenciado.
Seis y media de la mañana y ya estamos de vuelta en Graná, solo queda agradecer a Fon el ser el pedazo de músico y persona que es al igual que también dar las gracias a Pepe por ese maravilloso viaje y una invitación que si se le ocurre hacernos de nuevo, aceptaré encantado.
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