miércoles, 13 de junio de 2012

Xoel Lopez. Atlántico


 
Esta es la historia de un señor que allá por 2009 cruzó un charco, se instaló en la bella Sudamérica y decidió entonces construir allí su fortín. No solo consiguió adaptarse a otro tipo de vida sino que también lo aprovechó para que de una puñetera vez le quitaran, que no que se quitara, un lastre, una etiqueta, una sombra alargada que ya hartaba como era la de ser el auténtico líder de una de las buenas formaciones que había en España, Deluxe.
No solo fue éste un viaje cualquiera, a razón de lo expuesto arriba sino que también causó un cambio espiritual, de sensaciones que Xoel Lopez ha sabido trasladar perfectamente a su nueva creación, Atlántico (Esmerarte,2012).
A lo largo de estos cerca de tres años, muchas han sido las experiencias vividas, la música re-aprendida… Es por ello que encontramos en Atlántico, unas ricas creaciones que han ido incorporándose a su sello personal. Se habla de nuevos instrumentos, de nuevos ritmos. A través de doce cortes exquisitos, la preciosa voz de este gallego nos traslada y nos hace partícipes de todas sus vivencias y emociones y servidor te lo agradece desde este teclado.
Hombre de ninguna parte, nos muestra a un Xoel Lopez íntimo y cercano, que en poco más de tres minutos nos muestra sus impresiones a la llegada, las diferencias que nos unen y el poder de la música para decirnos que no importa de donde vengamos si sabemos quienes queremos ser y sabemos de dónde venimos. La gran montaña comienza con ritmo fuerte y exótico; transporte a ritmo latino; rota y sincera. Por el viejo barrio es una preciosidad, ritmos latinos muy marcados que se unen a una letra melancólica con la presencia de un amor de trasfondo. Puro y genial folk de guitarra bien armada para continuar su exploración, Caballero es lo que evoca, piano muy marcado y bien encajado para unos coros que deleitan. Buenos Aires habla de nostalgia, de amor por una ciudad que al cantante le encanta, donde se haya establecido. Nos habla de reinvención, de autoconocimiento, de leyenda; no me extraña que le haya escrito un tema completo, el más bello del disco, para mí el más completo. Si no te remueve algo este tema, algo pasa contigo. De piedras y arena mojada, la nostalgia se hace canción, los recuerdos de una infancia cobran vida a base de ritmos bailables y omnipresencia de coros y percusiones para nada desechables. Postal de Nueva York nos ofrece una visión tanto de la ciudad como la de un alma de un Xoel ya más calmado y adaptado a su nuevo destino. No falta la presencia de esos coros que vuelan alto durante todo el disco. Tierra continúa el discurso rítmico a medio tiempo de su predecesora. Single elegido para presentar este viaje íntimo y lleno de blanco pureza. El joven poeta se nos descubre árido, melancólico y armado con una guitarra y voz cálida a ráfagas de percusiones acertadas, mención aparte corresponde a esa maravilla de coros que el gallego ha sabido incluir. El asaltante de estaciones nos recuerda el alma pop-rock que nunca abandonará a Lopez. Mezcla nada disparatada de este género con los que parecen ser los nuevos ritmos que han embaucado a este artista.


Como todo buen viaje, éste también llega a su final. No nos deja ni mucho menos cansados sino con ganas de volver. Volver a redescubrir estos sonidos, estas evocaciones que tan maravillosa mella han hecho en mis oídos. Como decía al comienzo, esto no ha sido un viaje más, sino un viaje para redescubrir a un artista auténtico que siempre sabrá reinventarse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario